MADRILEÑA DE CARABANCHEL – VENGO DEL TEATRO – EMPUÑO LA TIJERA – BUSCO LA GRIETA

Quería recorrer un camino de descubrimiento constante, en el que hallar mil maneras de encaminarme a un ocaso irrefutable. Tal vez con la ilusión de dilatarlo como una pupila divina encharcada de metáfora. Quería un camino de creatividad lleno de paisajes extremos, lleno de parajes vivos. Y quería que toda esa cartografía estuviera contenida en lo cotidiano, como punto de partida hacia la sublimación de lo que somos, quiméricos y maravillosos. Quería la belleza de lo efímero y la grandeza de lo finito entre mis manos. No quería alfombrar mis pasos de rojos terciopelos; para andar descalza es mejor sentir tierra firme. Una piedra no tiene que ser preciosa para albergar la dignidad del mundo. Mi primera parada fue el teatro, luego la escritura. He ido recorriendo vericuetos hasta llegar a este lugar donde puedo recortar siluetas que otros trazaron y darles un nuevo contexto. A veces incluso hacerlas hablar con ecos del pasado que resuenan en estos días en que desandamos tan perdidos. Resucitar a los muertos por el olvido, quería. Seguir rescatando a los damnificados por la desmemoria existencial. Soy, tijera en mano y palabra al borde del precipicio, toda voluntad. Soy lo que hago, porque es sólo a través de la acción donde se hace justicia poética.